Palacio del Marqués de Dos Aguas

¿Sabías que el Palacio del Marqués de Dos Aguas era más pequeño?

No podemos hablar de palacios en la ciudad de Valencia y omitir el impresionante Palacio del Marqués de Dos Aguas construido por la familia de los Rabassa-Perellós. Este imponente edificio, en origen y según el plano del Padre Tosca, era una construcción gótica, En el siglo XVIII la casa solariega de los Rabassa de Perellós sufre una radical reforma que le confiere a grandes rasgos, la distribución actual. Las fachadas fueron pintadas al fresco por Hipólito Rovira, aunque no tardarían en desaparecer y la impresionante portada de alabastro fue ejecutada por el valenciano, Ignacio Vergara.

Entre toda la abarrotada iconografía de la portada con constantes alusiones al título de los marqueses, vemos a la virgen del Rosario, que en origen, estaba fabricada en madera policromada, pero la copia actual de 1866 es de yeso. La hornacina tiene una tapa semicircular que permite la ocultación de la imagen. De este modo, cuando los marqueses se encontraban fuera de palacio la imagen de la Virgen se ocultaba. De esta forma los paseantes podían saber siempre si el Marqués se encontraba dentro o había salido.

Sin embargo, con los derribos para crear la nueva calle Poeta Querol a principios de los años sesenta se perdieron varios palacios, casas nobiliarias, plazas como la de San Andrés o Mirasol y edificios. Uno de ellos estaba junto al Palacio del Marqués de Dos Aguas y en un primer momento se salvó al no estar dentro del vial que se abrió.

Un edificio de la antigua calle María de Molina (también viajera, hoy en la Cruz Cubierta) estaba llamado a desaparecer en beneficio del Palacio del Marqués de Dos Aguas.

Este edificio vecino del palacio, fue construido a finales del siglo XIX y comprado por el estado para la ampliación del Palacio, pero como el dinero no llegaba, el propietario del inmueble decidió derribarlo y construir en 1966 en su lugar un bloque de viviendas, que llegó alcanzar cinco plantas, con su esqueleto y la fachada de ladrillo ya concluida en 1967. Finalmente el estado intervino y se llegó a un acuerdo que supuso el derribo del inmueble construido y entre 1969 y 1971 el palacio es ampliado construyéndose una nueva ala y una nueva torre, ya como Museo Nacional de Cerámica González Martí, de estilo historicista. Tanto es así que es prácticamente imposible adivinar a simple vista dónde empieza la ampliación del mismo.

De esta forma tuvimos un efímero edificio de viviendas en uno de los lugares más emblemáticos de Valencia durante apenas un año.