Lo que Ocultan las Calles
Desde que unos generales romanos fundaran la ciudad de Valentia, sus habitantes han caminado, han vivido, han comerciado y han disfrutado de sus bellos rincones.
Los ejes principales de las antiguas calzadas romanas coinciden en buena medida con las que encontramos, incluso, hoy en día. Todas las culturas que han poblado nuestra ciudad han dejado su huella, desde los atzucacs musulmanes y sus estrechas calles hasta el urbanismo medieval que ha ido conformando la ciudad en la que vivimos.
Hablaremos de los cambios urbanos. Los que se realizaron ya a finales del siglo XIX y a lo largo del siglo XX y los que por suerte, no llegaron a llevarse a cabo.
Pero no solo hablaremos de cuestiones urbanísticas y reformas. Los propios nombres de las vías han sufrido profundas modificaciones. Desde las que el pueblo otorgaba en época medieval, los intentos por parte de las autoridades de "limpiar" el callejero de nombres que eran políticamente incorrectos, hasta los orígenes inciertos o misterios que se resuelven al conocer el origen de las denominaciones más curiosas de la ciudad. Hablaremos de toponimia y de historia, de patrimonio y recuerdos y ecos del pasado. También de la forma de modificar el callejero, según quien ostentara el poder o la forma de gobierno y la nueva forma que se encontró para homenajear a determinadas personas o instituciones rotulando calles y avenidas.
Callejearemos por plazas poco concurridas por los circuitos turísticos, bellos rincones, románticos lugares y calles por las que ya nunca podremos volver a pasar. Intentaremos evocar esos recuerdos de vida, de comercio, de alboroto, de tranvías circulando, de niños corriendo, de un tráfico incesante de personas, pese al muy probable ruido de vehículos con los que nos reciben en la actualidad.