Los Escudos

¿Conoces la historia de los diferentes escudos que encontramos por la ciudad?

El escudo de València ha tenido una historia singular de modificaciones a la largo de los siglos. Ya hablamos del “escudo original” de la ciudad, pero ahora hablaremos del origen del actual símbolo.

En muchos lugares encontramos nuestro escudo, pero quizás uno de los más antiguos lo podamos ver en el Puente de la Trinidad, construido entre 1401 y el 1407 y reformado tras una riada en el siglo XVI lo que lo convierte en el más antiguo de la ciudad, por otra parte.

Escondido en un lateral en el margen derecho, encontramos una representación de un escudo. La “Junta de Murs i Valls” fue la encargada del mantenimiento de los caminos reales y puentes, pues a través de los impuestos, realizaba la reparación y conservación de las vías y colocaba unos hitos de piedra que marcaban la anchura de los caminos, del mismo modo que hoy nosotros estamos familiarizados con los puntos kilométricos. Estos hitos rectangulares de piedra, que podemos ver en otros lugares como en Massarrojos, tienen, en su cara principal, esgrafiado el escudo embaldosado de la ciudad de València, muy similar al que podemos ver en el puente de la Trinidad. Sin embargo, nos llama la atención que le faltan muchos elementos respecto al que conocemos hoy en día.

Este escudo, un cuadrado apoyado sobre uno de sus vértices con las cuatro barras, tiene su origen a finales del siglo XIV, cuando se adoptaron como símbolo de la ciudad las propias armas reales por parte de Pedro el Ceremonioso, en reconocimiento a la resistencia en la guerra contra Castilla. De esa época podríamos datar el escudo del Puente de la Trinidad, puesto que no fue hasta el siglo XVII cuando se incorporaron las dos L, una a cada lado, que simbolizan el título de “dos veces leal” otorgado por el propio Pedro el Ceremonioso por los dos asedios que sufrió la ciudad en la mencionada guerra con Castilla.

En cuanto al otro elemento característico del escudo de la ciudad, el famoso murciélago tenemos dos versiones. A principios del siglo XVI comenzaron a aparecer en algunos escudos esta figura del murciélago, ya que popularmente se difundió la leyenda de la conquista de la ciudad y del trascendental papel que jugó este animal para despertar a Jaime I y avisarle del ataque de los musulmanes.

El último elemento que nos queda por señalar son las dos ramas de laurel que simbolizan la defensa de la ciudad en la Guerra de Independencia, otorgada a la ciudad por Fernando VII.

De esta forma nos es sencillo datar los diferentes escudos que pueblan la ciudad, según van ganando elementos hasta encontrar la forma en que lo vemos actualmente.