Torres de Quart

Las Torres de Quart fueron construidas por Pere Bonfill, quien trabajó conjuntamente con los mestres en el noble art de la pedra Francesc Baldomar y Pere Compte en el siglo XV.

Debido a los impactos de proyectiles, mayormente ocurridos durante la Guerra de Independencia, las Torres de Quart poseen un aspecto más envejecido que las de Serranos. Sin embargo, estas últimas fueron construidas cincuenta años antes y en ese medio siglo los avances militares hicieron que los sistemas defensivos evolucionaran hacia formas más redondeadas, pues estas soportaban mejor los impactos provocados por los modernos cañones que las puertas poligonales.

No obstante, su principal uso no fue el defensivo, ya que durante casi tres siglos, entre el XVII y XIX, su función principal fue la de prisión, pasando de ser cárcel de comunes, femenina y por último militar. De hecho encontramos una explicación en este hecho, a porqué se ha conservado el único lienzo visible de manera completa de la antigua muralla que tenemos en València, pues en el actual jardín adosado a la puerta, en la calle Guillém de Castro, este trozo de muralla hacía de separación entre la calle y el patio de la cárcel. Otra curiosidad es que las torres no son simétricas, pues la que da al jardincillo, presenta mayores dimensiones que la del lado sur, la más cercana a la calle Murillo.

Entre 1976 y 1982 el arquitecto municipal Emilio Rieta López procedió a una rehabilitación y limpieza integral del edificio, y entre otros elementos, se construyó una gran escalera neogótica que en la actualidad es la principal subida a las torres. Se da la circunstancia que esta escalera está realizada con restos de sillares y otros elementos procedentes del desaparecido Palacio de Parcent.