Rotulación de Calles

¿Te has fijado en la disparidad de estilos en la rotulación de las calles de València?

Uno de los aspectos curiosos que quizás dice mucho de las idas y venidas y de la falta de tacto de las autoridades son la rotulación de calles. No me refiero a la toponímia o el origen de sus nombres, al reconocimiento social de distinguidos personajes o el reflejo del paso sobre diferentes periodos históricos y políticos, sino algo más prosaico, la simple y llana estética. Existe una clara falta de uniformidad, esta coherencia con el pasado que en València, brilla por su ausencia. Uniformar su rotulación es una de esas tareas que ya podemos dar por imposible.

De esta manera tenemos nombres grabados en la misma piedra, como la Plaza Portal de Valldigna (de la que hemos hablado en otra ocasión) y placas de cerámica blanca con las letras negras (las más antiguas). De las placas de cerámica con fondo azul y letras blancas tenemos de dos tipos, las más comunes sobre todo en el centro histórico, son unas letras blancas con una tipografía grande y dispar, ocupando casi toda la placa y otras más comedidas.

Tenemos rotulaciones “únicas” como la de la Calle Sagasta o la Calle de las Cocinas y después las artísticas, las que se hacen ex profeso o de manera monumental para honrar al protagonista a modo de lápida laudatoria, como la del Pintor Sorolla o el Maestro Chapí y con paneles cerámicos como la Plaza Manises, Plaza del Correo Viejo o Plaza de Sant Jaume.

Durante el franquismo, se rotularon con panel cerámico de Manises y el águila imperial varias calles que todavía existen. No contamos ya aquellas que se instalan de forma “popular” y que son únicas en diseño.

Con la llegada de nuevo de la democracia, se intentó un cambio en la estética. Se utiliza preferentemente el valenciano y así se crea la más popular forma de rotular las calles, se impone el color azul con un marco blanco y aunque con variantes son las placas más comunes.

Pero hace pocos años, se crea un nuevo tipo de rotulación, con el fin de aumentar su legibilidad y añadir información sobre el barrio en que se ubican, añadiendo una banda amarilla con las letras VCL, como marca corporativa.