Los Trampantojos

Los trampantojos

La palabra trampantojo procede directamente de juntar las palabras “trampa ante el ojo”. Esto es una técnica pictórica que intenta engañar a la vista jugando con el entorno arquitectónico. Simula la perspectiva, el sombreado y otros efectos ópticos con un objetivo decorativo. En muchas ocasiones para cubrir elementos poco atractivos como muros desnudos o para equilibrar problemas de simetría en las fachadas.

En muchas iglesias y edificios antiguos de la ciudad, se usaba esta técnica para simular ventanas o enrejados que dotaran de equilibrio o uniformidad o dieran una mejor imagen exterior cuando arquitectónicamente no era posible. Ejemplos los encontramos en la Catedral o en la Plaza de San Nicolás.

Pero uno de los trampantojos más conocidos de la ciudad lo encontramos en la Calle Pintor Sorolla, justo lindando con el edificio del Corte Inglés.

En 1970, estos grandes almacenes querían crear su primera tienda en la ciudad. La gente pensaba en ese momento que no había público para una tienda tan grande. El Corte Inglés había comprado todos los edificios que conformaban la manzana, incluyendo el Convento de Santa Catalina de Siena. Pero un momento, ¿Todos? No, hubo uno de ellos que resistió. La gran empresa no logró hacerse con el palacio del Vizconde de Valdesoto, imprescindible para completar la manzana original prevista para el centro pues la familia propietaria se negó a venderlo, resistiendo a todas las presiones y ofertas que se pusieron encima de la mesa.

Su permanencia obligó a un retranqueo del centro comercial, que dejó a este palacio encajonado por la mole de El Corte Inglés. Para decorar la esquina y para que pareciera que este palacio no debería estar allí se pintó un trampantojo imitando el mismo estilo arquitectónico para embellecer esa curiosa esquina.