Los Gremios de la Indumentaria

¿Sabías que València es la ciudad española con más calles "Gremiales"?

València está considerada la ciudad española con más calles gremiales. Muchos de los oficios han desaparecido, engullidos por los cambios sociales, pero otros todavía existen y son más fácilmente reconocibles.

El auge comercial de la València medieval, unido indivisiblemente al comercio de la seda, hace que muchos oficios fueran necesarios y se centralizara su servicio en una zona o calle determinada.

Podemos destacar aquí todas las calles cuyos oficios, de manera directa o no, tienen relación con el mundo de la moda, del vestuario, da la indumentaria o de los diversos complementos u objetos necesarios para poder realizar todo tipo de prendas.

De este modo tenemos varias calles en el Barrio de Velluters referentes a estos oficios de su pasado sedero como la dels Adressadors, que eran los que aderezaban el terciopelo o el propio carrer de Teixidors.

Más oficios relacionados con diversos tejidos o vestuarios serían la Calle de la Bolsería, de los Bordadores, de los Zapateros, de la Sombrerería, o de la Sabatería dels Xiquets.

Otros oficios cuyas calles encontramos en Ciutat Vella son los Flassaders que hacen referencia al oficio de los que hacían mantas de lana y la calle de la Carda hace alusión al objeto aplicado a su tratamiento. Los Tundidores, también conocidos como abaixadors o apuntadors, se encargaban de cortar e igualar con tijeras los paños de seda. En la calle Tapineria, se encontraban los chapineros, que elaboraban zapatos artesanos conocidos como “tapins” o “chapines” que eran antiguas sandalias de tela fina con una gran suela de corcho.

Calles con relación al tratamiento de las pieles tenemos varias, el Carrer de Blanqueries, los que se dedicaban a curtir las pieles en general usando el caudal del río, la calle de los Zurradores o dels Assaonadors, que adobaban y curtían las pieles para quitarles el pelo y la de Aluders, donde se encontraban los trabajadores que hacían lo propio, pero en este caso para los guantes. Como las tenían que secar en la calle, el mal olor que desprendía hizo que se la bautizara popularmente como “Carrer de la Pudor”.