Graffitis de las Torres de Quart

Las Torres de Quart, conocidas también como “Portal de la Cal” por entrar este mineral bajo sus arcos, están orientadas hacia el oeste, coincidiendo con el “camino Real de Madrid”.

Hay varios elementos curiosos que nos ocultan estas torres. El más reciente de todos fue cuando en la última restauración, se descubrieron unos graffiti inéditos de gran belleza. Son conjuntos de dibujos con motivos habituales en otros edificios defensivos medievales como cruces, letras, etc. Pero destacando por su naturalidad, representaciones zoomorfas, con escenas de pesca y bancos de peces.

Estas escenas, localizadas en una de las escaleras de subida a la torre podrían representar la captura de un gran pez empleando un mornell, que es un aparejo de pesca tradicional para la captura de llisas y anguilas en la Albufera. Estas escenas pesqueras eran comunes en la edad media, pues formaba parte de la vida de los ciudadanos. En esa época la actividad pesquera estaba sometida a dos impuestos: El quint del peix de la Albufera (quinta parte de los pescados) y el delme de la mar (décima parte).

Era habitual que los pescadores de la ciudad combinaran la pesca en el mar y en las aguas tranquilas de la Albufera los días de temporal, algo que señala el propio Ausias March en sus escritos. La ordenación de la pesca se va haciendo más minuciosa a lo largo de los siglos XIV y XV”.

En las Torres de Quart se recaudaban los peajes o tributos de aquellas mercancías que provenían de Castilla. Así como en el Almudín encontramos pinturas relacionadas con el uso del edificio, es un misterio que en las Torres de Quart encontremos esta presencia de peces, más aún considerando que son las puertas más interiores y alejadas del mar y la Albufera.

No es el único ejemplo de pintura “marinera” de época medieval. El derribo de un antiguo edificio en la calle Bolsería dejó al descubierto una pintura de un antiguo navío que podría estar fechado en torno al siglo XV. Se trata de un dibujo que decoraba la habitación de una vivienda del número 35. Probablemente se trate de un pequeño barco del siglo XV, que aparece pintado en la pared.

El graffiti pintado en rojo, ubicado a la altura de la segunda planta y debajo de las vigas de madera, está acompañado de otra serie de trazos y restos de otros dibujos. Estos grafitis, se asemejan por la técnica y el color a los de las Torres de Quart.

En el exterior de las Torres de Quart, junto al arco de entrada, podemos leer un breve texto en grandes letras rojas que indica “D. Belda” y el monograma de la voz “Víctor”.

Sobre la “D.” aparece una mitra con dos palmas, que indicarían la vinculación del personaje con la Iglesia. Estos graffiti parecen corresponder a la celebración de un acto universitario, cuando el candidato a cátedra doctoral “Salía a Vítor” tras su nombramiento, de ahí la "D" de Doctor.

Era habitual pintar en rojo su nombre junto con el rótulo en V fundiéndose con los trazos de las letras I.T.O.R., adquiriendo un simbólico significado de honor. Estos vítores tienen su origen en época romana como signo de victoria. En Valencia se ha encontrado un vítor similar en la iglesia de los Santos Juanes.

Tradicionalmente se pintaba, con pigmentos animales o vegetales, en las paredes visibles de algún edificio acompañando al nombre del reciente doctor cuando alguien alcanzaba este grado. Esto era común en la ciudad de Salamanca y se extendió a otras zonas como en València. Se buscaba un edificio público y visible para festejar el nuevo título universitario. Debido a la ley Moyano de 1857, todas las universidades, excepto la Central de Madrid, perdieron la facultad de conceder ese título y dejaron de pintarse los vítores, costumbre que se retomó en 1954, con la recuperación de los doctorados.

Este símbolo de origen romano, que aparecía en monedas, estandartes y con el tiempo pasó a formar parte también de los escudos de los legionarios romanos, fue utilizado en varios monumentos a modo laudatorio del franquismo, aunque con variantes respecto al tradicional romano y al universitario.