Las Caras de la Almoina

Hay muchas curiosidades y leyendas acerca de la conocida como Puerta Románica de la Catedral, pero una cosa es indudable: Es la más antigua de las tres. Esta portada ha recibido diversos nombres como Puerta del Palau o Puerta de L'Almoina o de la "Fruita" por encontrarse en su plaza el lugar del mercado de frutas.

Pero si alzamos la vista, rápidamente nos llama la atención las cabezas con restos de policromía de siete parejas. Sus nombres aparecen inscritos entre ellas y son: Pedro y María, Guillem y Bartolomea, Ramón y Dolça, Domingo y Ramona, Francisco y Ramona, Bernardo y Floreta y Bertrán y Berenguela.

Una de las teorías que marca la tradición es que se trata de la representación de los siete primeros matrimonios leridanos que llegaron con el objetivo de repoblar Valencia con nuevos colonos.

Existe también la leyenda de que el origen de estas siete parejas no es más que la unión de siete de las trescientas doncellas que se trajeron para repoblar Valencia con siete soldados que lucharon junto a Jaume I en la conquista. Pero esto no es más que una leyenda medieval antigua sin confirmación histórica que lo refrende.

La versión más probable es que estas caras representen a los donantes o mecenas que contribuyeron con sus donativos a la construcción de esta portada. El estilo románico tardío pudiera venir dado por la necesidad de construir una puerta para la catedral de un modo rápido y barato, por lo que se escogió un estilo plenamente depurado y sencillo en vez del “moderno” y mucho más caro gótico, más actual para la época en la que se construyó.

Algo que llama la atención es su fisonomía, pues todas las caras son distintas. Esto sería una pista más que indica que los rostros eran retratos de los donantes. Otra “casualidad” es que observamos que los rostros de los hombres alternan con y sin barba, mientras que las mujeres alternan en sus cabezas tocados y coronas.

De época actual es la vidriera que tenemos arriba de la puerta con representación de las mismas parejas, pues se construyó en el año 1962 conmemorando el 700 aniversario de la colocación de la primera piedra.