Las Verjas de la Glorieta

¿Sabías que las verjas que rodeaban la glorieta no se perdieron?

Así es. Si paseamos por los Jardines de Viveros o del Real, nos percatamos de que tienen una gran verja que los circunda. Parte de ese enrejado, el que recae a la Calle General Elío, tiene una procedencia cercana.

Allí encontramos una entrada que permanece siempre cerrada. En realidad es una pequeña puerta metálica, adornada por dos leones de piedra en su parte superior que sujeta cada uno de ellos, una bola esférica con una de sus patas. Esta puerta no es original de este lugar, pues era la puerta principal que se encontraba frente a la calle del Mar, en los Jardines de la Glorieta. Parte de la verja que cierra todo el perímetro de los Viveros procede de los Jardines de la Glorieta y fueron traídas hasta este lugar en 1928, aunque la puerta propiamente dicha se encuentra en otra zona, detrás del actual Museo de Ciencias Naturales.

Pero la Glorieta tiene además muchas otras curiosidades. Es uno de los jardines más antiguos de la ciudad, ya que su impulsor fue el general francés Louis Gabriel Suchet durante la ocupación francesa de la ciudad en 1812. El primer farol de gas que se encendió en Valencia fue precisamente en este lugar, concretamente el 9 de octubre de 1844 y en 1852, se plantaron los grandes ficus que en la actualidad se encuentran frente al palacio de Justicia y que destacan por su monumentalidad y sus grandes raíces.

En 1925 se dividió la Glorieta en dos partes por una avenida que continúa casi en línea recta hasta la plaza de la puerta del Mar. Esta decisión se tomó para la más fluida circulación de vehículos. La huellas de esta carretera son todavía visibles si nos fijamos bien y esta reforma es la que promovió el viaje de la cerca que encontramos actualmente en Viveros.