El Mostassaf

En la València medieval existía una institución clave para el comercio en la ciudad: El Mostassaf. Sus funciones eran múltiples: desde garantizar el orden y la salud pública hasta competencias urbanísticas. Pero quizás las que más lo ocupaban eran las del mercado de los alimentos, entre las que destacaban el control periódico de las pesas y medidas para evitar el engaño en la cantidad, el cumplimiento de las características, calidades y procedencia de los productos o la atención al abastecimiento urbano. Una de las principales peculiaridades es que ejercían justicia oralmente sin posibilidad de recurso, como el Tribunal de las Aguas, también de origen islámico. Imponían penas de muy diversa índole y cuantía, como por ejemplo la confiscación o destrucción de los artículos fraudulentos y las multas o la prisión en caso de insolvencia.

Sus “oficinas”, conocidas en València como la Llotjeta del Mostassaf, se situaron cerca del mercado, ya que la Plaza de Lope de Vega era conocida como de la Hierba, pues tenía un carácter comercial. Otra referencia a ello sería la actual Calle de la Pescadería.

Pero, ¿Dónde estaba exactamente? Esta “llotjeta” se adosó a la Iglesia de Santa Catalina. Para saber cuándo estaba disponible, se colocaba una bandera en la fachada cuyo soporte podemos ver todavía hoy. Allí permaneció hasta 1594 cuando se trasladó a un edificio más grande que había pertenecido al Consolat del Mar, que tenía su nueva sede en la Lonja. Ya lo podemos ver en ese lugar en el plano del Pare Tosca numerado con el 94. La situación de estas nuevas “oficinas” dió origen a la calle del “Repeso”, por ser una de las funciones más importantes, la de revisar el peso de las mercancías y también fue conocida como “Carrer de la Llotjeta del Mostassaf”. Por lo que respecta a la Calle de los Cambios, estaba relacionada con la “Llotjeta del Oli”, con el número 96 para el Pare Tosca, precursora de la Lonja y que estaba situada en actual Plaza de de Doctor Collado, cerca del Mostassasf pues eran instituciones complementarias, ya que allí se situaban los prestamistas, el Peso Real y donde se instalará por vez primera la “Taula de Canvis”, el primer prototipo de lo que hoy conoceríamos como un banco.