La Gallera

¿Conoces la historia de “la Gallera”?

En nuestra ciudad existe un edificio muy curioso y particular, que actualmente se encuentra sin uso definido. Estamos hablando de “La Gallera” de València. Está situado en el Carrer Aluders o de “la pudor”.

Como podemos imaginar, este lugar tenía un uso bien definido: El espectáculo de pelea de gallos era una afición muy extendida en la ciudad de Valencia desde siglos atrás. Encontramos muchos ejemplos ya en la guía de forasteros de Vicente Boix de 1801, pues se refiere a la existencia de estas peleas en el desaparecido Palacio de Mossén Sorell. En 1859 también se menciona otra “Gallera” en el Llano de la Zaidía. Otro ejemplo sería el “círculo gallístico” de la Calle Maldonado. También en la zona de los Poblados Marítimos se encontraba la Sociedad Artística Escalante, con este tipo de espectáculos en cartel. En el Grao, en la zona del Canyamelar existía una “Calle de la Gallera” allí se encontraba el Salón “El Dorado”, famoso por albergar este tipo de “entretenimiento”. Actualmente se levanta un Instituto. A partir de los años cuarenta este espectáculo entra en clara decadencia y acaba siendo prohibido a finales de los 70 y ejercíendose de manera clandestina.

Pero el caso que nos ocupa, nuestra “Gallera” era en realidad el “Circo Gallístico”. El año de construcción es claro pues lo indica en la entrada, 1870. Tenía, como la mayoría de edificios dedicados a este uso, una forma similar a la del circo pero de un tamaño menor y una altura superior. Encontramos una planta central dodecagonal, rodeada de anfiteatros con altos graderíos tanto en planta baja como en las altas, con balcones de hierro fundido. Los espectadores se situaban en los diferentes anillos, el primero estaba reservado para aquellos de alto poder adquisitivo y el resto del público en los anillos superiores. Cuanto más alto, más barato. Aquí puede radicar el origen de la expresión “el gallinero” para referirnos al lugar de peor visión y más elevado en un teatro, pues la visibilidad desde esos lugares era similar a la de los últimos pisos de una “Gallera” o “Gallinero”.

El local pasó a ser usado como café y almacén de ferretería hasta 1980. El propietario afirmó que en la reforma para adecuarla como sala de exposiciones, retiraron la madera original del suelo y esta estaba impregnada de restos de sangre de los animales. A mediados de los 90 esta sala expositiva empezó a estar gestionada por el consorcio de Museos mediante un alquiler, pero en 2017 dejó de formar parte por motivos económicos.