La Ermita de la Soledad

¿Sabes dónde estaba la Ermita de la Soledad?

La actual vía de servicio del Paseo de Alameda, era conocida como el Camino de la Soledad, nombre que fue reemplazado por el de Mariano Aser, iniciador de la Feria de Julio, que tenía en este paseo el centro de sus actividades.

La desaparecida ermita que daba su nombre al camino fue construida con motivo de un peculiar suceso ocurrido a principios del siglo XVIII. Unos jóvenes religiosos estaban involucrados en el contrabando de sal. Estos transportaban la mercancía a la ciudad y fueron sorprendidos por unos Guardas, que los detuvieron. Por su condición de religiosos el arzobispado amenazó con la excomunión si no se liberaban los apresados. Ante la negativa, se cumplió la amenaza y las autoridades civiles, encarnadas en el Intendente del Reino de Valencia, Don Rodrigo Caballero, respondieron con el destierro de algunos cargos del Arzobispado.

Se da la circunstancia que fué el citado Intendente quien abordó la reforma de la Alameda. Bajo sus órdenes se plantó arbolado y se construyeron las dos Torres de los Guardas. Para reconciliarse con el Arzobispado y que se levantara su excomunión, ordenó la construcción de la ermita dedicada a la Virgen de la Soledad. Esta fue reproducida in-extremis por el Pare Tosca en su plano, ya que está datado el mismo año que su construcción.

Una de las curiosidades era su capilla heptagonal, donde se repetía el número siete en elementos como los siete tableros que cruzaban el piso, las siete ventanas, las siete lámparas de plata que pendían de su cúpula y cada una rematada con una corona de plata en alusión a los siete reinos del Rey de España o los Siete Dolores de la Virgen.

La ermita fue derribada por razones militares ante la invasión francesa, del mismo modo que el Palacio Real, en 1810, por lo que no llegó a cumplir ni 100 años en pie. En su recuerdo, se levantó una reproducción de una columna con cruz que existía en la entrada a dicha ermita.

Como curiosidad, el Ayuntamiento cedió los terrenos que ocupaba la ermita a la Universidad de Valencia para crear el Jardín Botánico, pero las reducidas dimensiones del lugar provocaron el trasladado a su actual ubicación.