En 1899 se inauguraba el que estaba llamado a ser el mejor hotel de la ciudad. Este establecimiento tuvo un antecedente, el famoso Café España, situado en la bulliciosa Bajada de San Francisco, que fue adaptado en sus pisos superiores como hotel. Era uno de los más suntuosos e incluso se cuenta que la mismísima emperatriz Sissí valoró pernoctar allí en una visita a la ciudad, aunque acabó eligiendo su barco. Por problemas con el alquiler, el hotel se trasladó a la plaza de la Reina. Más tarde volvería al mismo emplazamiento pero con el nombre de Hotel Continental y después Hotel Colón.

Así hasta llegar a nuestro hotel, esquina con la calle Barcas, en una zona que, pese a estar cerca del degenerado barrio de Pescadores, tenía mucho potencial, pues cerca estaba también la nueva estación de ferrocarril. No se equivocaron ya que se convirtió más adelante, con las reformas urbanas que dieron lugar a la actual plaza del Ayuntamiento, en indiscutible centro urbano. Fue inaugurado con el nombre de Hotel Universal. Un par de años después, como el hotel de la Bajada de San Francisco no estaba activo y por la buena fama y recuerdo del antiguo Café España, se le cambia de nuevo el nombre y adquiere el definitivo Gran Hotel y Fonda España, hasta que en 1962 se demolió. Era un hotel con guiños neomudéjar y todas las últimas novedades en cuanto a confort de la época.

En 1965 se levantó su controvertido sucesor. Y es que no hay persona que visite la plaza del Ayuntamiento que no se fije en este edificio, diferente y que para la mayoría de opiniones, desentona con el resto del paisaje urbano, sin embargo para otras tiene su valor y representa una época. Popularmente se le conoce como “Edificio Eurotodo”, pues en sus primeras plantas había unos grandes almacenes con ese nombre.