En la antigüedad, en el mundo Romano, ya se documentan estas caras como amuletos protectores en las casas, cuyo significado evoluciona en el tiempo como una simple marca de la fundición.
Su significado es misterioso y parece relacionado con la creencia arcana de los espíritus, genios o rostros del agua que, dentro de las canaletas, protegían a los habitantes de la casa. Son caras que flotan en las tuberías, duendes de los desagües.
Las empresas de fundición (como "El Vulcano de Valencia") y de fontanería, diseñaban y fabricaban seres antropomórficos, emulando a las gárgolas dispuestas en los edificios eclesiásticos, a modo de protección de los templos sagrados, o de lo que el cliente deseara para su casa.
Mágicos, barbudos, seres mitológicos, vírgenes, querubines o ángeles, son las caras del agua, genios protectores, más comunes que encontramos.