Calle Palomino

Antonio Palomino fue pintor de cámara de Carlos II y es considerado el mejor muralista del barroco español. En Valencia dejó su sello en la Basílica de la Virgen y en los Santos Juanes, además de dirigir los trabajos de Dionís Vidal en San Nicolás. Su nombre fue propuesto para culturizar el muchas veces vulgar nomenclátor valenciano. La calle de Palomino en la actualidad es la que va desde la calle Roteros hasta la de la Cruz. Anteriormente se había conocido como calle de Santa Eulalia y más antiguamente como Mur Vell, pues la antigua muralla árabe la recorre en casi todo su trazado.

Pero Antonio Palomino también fue famoso por su obra “Museo pictórico y escala óptica”, dentro de la cual incluyó el más completo resumen biográfico de pintores del Siglo de Oro español. Este libro ha sido un referente biográfico para las generaciones sucesivas, cualquier olvido o ausencia en el diccionario de Palomino, intencionada o no, condenaba al ostracismo, aunque a posteriori se demostrara la valía de ilustres ausentes.

Dionís Vidal es el pintor valenciano ahora famoso por la restauración de su obra maestra en la Iglesia de San Nicolás de Valencia, y es un claro ejemplo de lo injusto que a veces puede resultar un nomenclátor de las calles y lo olvidadiza que puede ser una sociedad como la valenciana hacia sus hijos más ilustres. Vidal pintó, como hemos comentado, bajo la tutela de Antonio Palomino y allí mismo se autorretrató al lado de su maestro. Años después, el maestro no incluyó a su discípulo valenciano en su diccionario pictórico y ello le costó el olvido histórico. Nadie reparó en él a la hora de la rotulación de ninguna calle ni plaza, siendo uno de los mejores pintores valencianos. Una ausencia en nuestro callejero que resulta del todo incomprensible.