La explicación es bien sencilla. Del mismo modo que en la actualidad encontramos señales que muestran el nivel de seguridad de una finca, en el siglo XIX y principios del siglo XX los incendios eran un problema muy grave y común. La iluminación todavía era con velas y la calefacción muy rudimentaria por lo que estar asegurada era primordial.
Estos carteles servían en un primer lugar para advertir a los habitantes que la finca estaba asegurada. Más adelante empezó una competencia entre diversas aseguradoras, (Seguros Mutuos de Valencia y Provincia, La Catalana...) que colocaban las placas con una intencionalidad publicitaria.
No es la única señal en las fachadas de las viviendas, también tenemos a parte del número en cuestión, elementos como los que nos indican el nivel de presión del agua en la casa.