Antigua Estación de Aragón

¿Sabías que había una estación de tren al final de la Calle Quart?

Era la conocida como Estación de Aragón, no confundir con la Estación Central de Aragón que estaba situada al principio de la avenida homónima.

Este es un proyecto ferroviario realmente maldito. La historia comienza con la intención de unir Valencia con Teruel. La concesión fue otorgada en el año 1881 y la estación se construyó en 1889. Se constituyó la “Sociedad de los Ferrocarriles de Valencia y Aragón” en clara competencia con la “Compañía del Ferrocarril Central de Aragón”, que era la propietaria de la estación Central. Mientras esta última consiguió la conexión con Zaragoza por Sagunto, la primera solo consiguió llegar hasta Llíria, pasando por Mislata, Quart de Poblet, Manises, Riba-Roja y Vilamarxant.

En 1941 RENFE se hizo cargo de la explotación pero suprimiendo la parada de la calle Quart, ya que era innecesaria pues la línea estaba conectada con la Estación del Norte, por lo que se utilizó como cochera hasta su desaparición en 1952.

Pero la “maldición” de esta línea no paró con sus nuevos responsables. Primero, en 1952 un tranvía de la línea de Torrent se precipitó sobre el paso a nivel de Mislata y fue arrollado por el ferrocarril causando 5 muertes y posteriormente la riada de 1957 trajo nefastas consecuencias ya que esta corría en paralelo con el río Túria en gran parte del recorrido. Primero rompiendo la conexión con Llíria a la altura de Vilamarxant y después debido al plan sur, cortando su inicio por Mislata. Se construyó un ramal por Xirivella para poder seguir usando la línea que ya en los años 80 pasó a formar parte de la C-4 de cercanías, pero perdió la conexión con Llíria pues estaba conectada ya con el “trenet” de manera más eficiente. Siguió su goteo de pérdida de estaciones debido a la construcción del metro hasta que a día de hoy, la línea sólo tiene una parada en Xirivella, que ni siquiera formaba parte del trazado original. ¿Qué nos queda de la estación? El recuerdo y la Calle Teruel, que embocaba a la propia estación, símbolo del anhelo de una meta que nunca llegó. Esta estación estaba situada donde hoy encontramos el Centro de Especialidades de Juan Llorens.