Fundiciones

Las Fundiciones

Quizá, uno de los elementos decisivos en el desarrollo de la arquitectura a partir de la segunda mitad del siglo XIX fuera el hierro. Esta estuvo ligada al desarrollo de las fundiciones que, con las mejoras técnicas necesarias, alcanzaron su apogeo a lo largo de este siglo y fueron uno de los elementos clave de las revoluciones industriales. Testigos de esta época industrial encontramos a lo largo y ancho de la ciudad múltiples elementos como tapas de registro de todo tipo, farolas, rejas, columnas de construcción, etc

Vamos a destacar aquí algunas de las más famosas fundiciones que existieron en la ciudad. Quizá la más relevante sea la conocida como “Fundición Primitiva Valenciana”, fundada en 1845 por Isidro Bofill como “Fundición Valenciana de Hierro Colado y Bronce Bofill y Cia”, establecida en la plaza Conde de Carlet. Cuatro años más tarde amplía los socios y es bautizada con este “primitivo” nombre. Posteriormente, la fundición se traslada a la calle San Vicente, donde podemos verla en el plano de 1880. Es justo en esa década cuando vuelve a renombrarse como “La Maquinista Valenciana”. De esta fundición salió, entre otros monumentos, la estatua de Jaime I y además, tienen el honor de realizar en 1884 una de las primeras locomotoras de vapor fabricada totalmente en España. Uno de esos socios fundadores, Vicente Ríos, estableció su propio negocio cerca de la calle Na Jordana, destacando obras de ese taller como la escultura de Luis Vives, en el Claustro de la Universidad y numerosa obra funeraria del Cementerio General

Otra de las fundiciones míticas de la ciudad sería la Fundición “La Paloma” de 1901, dirigida por los hermanos Vicente y Andrés, Ferrer Ballester, situada en la calle Cuenca, 12. La separación de ambos supuso la creación de dos fundiciones diferentes. Encontramos por toda la ciudad muchos ejemplos, desde alcantarillado hasta todo tipo de elementos urbanísticos y arquitectónicos, destacando la marquesina del Hotel Reina Victoria o las farolas de los andenes de la Estación del Norte. Sus respectivos hijos continuarían con el negocio.

Una muy curiosa sería la Fundición “El Vulcano”, situada en el “Llano de la Zaidia”. Realizan bajantes de viviendas y otros elementos urbanos como rejas y farolas con su inconfundible marca de este dios mitológico vinculado a las fraguas.

De la Fundición la Bilbaina de Valencia vemos algunas antiguas farolas de principios de siglo en los Jardines de los Viveros y en la Calle Jacinto Benavente. En el Grao encontramos la Fundición Sanz de la que encontramos tapas de alcantarillado y muchas de las farolas que encontramos en los Jardines de los Viveros y en los de la Grandes Vías, así como bajantes en los poblados marítimos y piezas singulares como la báscula de Bombas Gens.

Encontramos otra fundición con el nombre de “Doney”, cercana a la calle Quart, posteriormente conocida como “Taller y fundición de hierro de Soriano y Moreno", estando situada en Na Jordana, 7, junto a la calle Sogueros.

La “Fundición de Hierro Domingo y Valls” es posiblemente el antecedente de “Herederos de Vicente Domingo” que tenía sus talleres en la calle Turia, 20. En la calle de la Paz encontramos una bajante de la fundición Aldudo, Moreno y Compañía, situada en San Pedro Pascual, 8.

Por último, nada menos que las columnas del Mercado de Colón fueron creadas en los Talleres “La Belga”, fundada por José Capilla Hurtado. Esta empresa llegó a crear un prototipo de minicoche, el “Kover-Capilla” en los años 50, aspirando a ser el primer coche totalmente valenciano. Lamentablemente nunca llegó a la fase de producción. Además, esta fundición fue la encargada de realizar muchas de las placas de alcantarillado de la ciudad.