Emparedadas

Estos "huecos" tenían un uso que se conocía como "voto de tinieblas", utilizado por las llamadas "emparedadas". El retiro espiritual es una práctica muy común entre los religiosos. Sin embargo, entre la Edad Media y el siglo XVIII se llevó hasta unos extremos realmente extraños. Este "voto de tinieblas" llevó a muchas mujeres a encerrarse en pequeños zulos en las iglesias para aislarse del mundo exterior.

Este encierro, que no siempre era adoptado voluntariamente, era una vía que tomaban estas mujeres religiosas para expiar sus pecados o para demostrar su devoción. Vivían enterradas en vida, recibiendo comida a través de una pequeña rejilla o agujero hecho a tal efecto. La gente dejaba pan y agua por el pequeño hueco a modo de caridad con estas mujeres.

Valencia dispone de testimonios escritos de la época sobre el voto de tinieblas en diferentes iglesias donde se practicaba. En San Esteban, San Lorenzo o como vemos en las imágenes, Santa Catalina y los Santos Juanes, sabemos que se realizaba esta práctica.